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lunes, 24 de marzo de 2008


Dice el refrán popular, sin embargo astronómicamente, comienza con el equinoccio de primavera (entre el 20 y el 21 de marzo en el hemisferio norte, y entre el 22 y el 23 de septiembre en el hemisferio sur), y termina con el solsticio de verano (alrededor del 21 de junio en el hemisferio norte y el 21 de diciembre en el hemisferio sur).
Por ello: damos la bienvenida a la primavera en el
hemisferio norte y al otoño en el hemisferio surEl cambio de estación,que vienen dados por los equinoccios y los solsticios, se producirá el 20 de marzo a las 05:48 hora T.U (tiempo universal), momento en el que se producirá el Equinoccio Vernal, punto de la órbita terrestre en el cual la eclíptica corta el ecuador de la esfera celeste, también se le denomina "primer punto de aries". El equinoccio es aquél instante en que, por hallarse el Sol sobre el Ecuador, los días y las noches son iguales en toda la Tierra.
Equinoccios: Los equinoccios son los dos puntos de la esfera celeste en que la eclíptica corta el ecuador celeste y se llaman "primer punto de aries o equinoccio vernal" y "primer punto de libra o equinoccio otoñal". El equinoccio vernal se produce en torno al 21 de marzo, y da paso a la primavera en el hemisferio norte y al otoño en el hemisferio sur (en este caso se denomina equinoccio otoñal). El equinoccio otoñal se produce en torno al 23 de septiembre, dando paso al otoño en el hemisferio norte y a la primavera en el hemisferio sur (en este caso se denomina equinoccio vernal).
Para 2008, los equinoccios se producirán en: Primavera (hemisferio norte) y Otoño (hemisferio sur): 20 de marzo a las 05:48 hora T.U. Otoño (hemisferio norte) y Primavera (hemisferio sur): 22 de septiembre a las 15:44 hora T.U. Solsticios: Son los momentos en el que el sol alcanza su máxima posición meridional o boreal. El Solsticio de verano se produce alrededor del 21 de junio cada año, dando lugar al inicio del verano en el hemisferio norte y al invierno en el hemisferio sur. El Solsticio de invierno se produce alrededor del 21 de diciembre cada año, dando lugar al inicio del invierno en el hemisferio norte y al verano en el hemisferio sur. Para 2008, los solsticios se producirán en: Verano (hemisferio norte) e Invierno (hemisferio sur): 20 de junio a las 23:59 hora T.U
¿Cómo saben las flores que llegó la primavera?
Las flores no existieron siempre en el mundo vegetal, sino que aparecieron hace unos 100 millones de años. A lo largo de su historia evolutiva fueron desarrollando un sistema para descansar. Cuando el clima cambiaba, algunas plantas desarrollaron una estrategia estacional de descansar durante el invierno, y florecer en primavera. Esas plantas no florecen hasta que sienten que el frío del invierno ha pasado, un proceso que se llama
vernalización.
Las plantas que florecen, tienen una suerte de reloj-termómetro genético que les indica cuantos días de frío van, para noflorecer antes de tiempo, algo que sería mortal para la planta, y que perjudicaría sin duda su
polinización.
Las plantas tienen unos genes supresores que hacen que se suprima el florecimiento, que sólo se apagan luego de una cierta cantidad de días fríos, o sea cuando el invierno ha pasado. Por lo que si el invierno se vuelve muy largo, a veces las plantas con flores pueden sufrir mucho.
Los científicos apenas han comenzado a comprender la forma en que las flores saben que la primavera ha regresado.
El frío es la clave
Las plantas no florecen en el otoño porque sus genes les dicen que no lo hagan, al suprimir toda actividad de inflorescencia. Pero un número suficiente de días en el frío “apaga” los genes supresores, dándole a las plantas luz verde para prepararse para producir flores, según una nueva investigación.
“En el otoño, expresan un gen que es un represor muy efectivo de la inflorescencia”, dijo el investigador principal Richard Amasino de la Universidad de Wisconsin-Madison. “Hemos descubierto que durante el invierno, de alguna manera la exposición prolongada al frío apaga al represor.Y sin el represor, puede ocurrir la inflorescencia”.
Amasino anunció su descubrimiento el 9 de agosto de 2006 en Boston, durante un encuentro de la Sociedad Americana de Biólogos Vegetales, de la cual es el presidente electo. Estudios se publicaron este mes en la revista Science también han identificado el camino de las proteínas vegetales que inicia el florecimiento de los brotes
La precisión es imprescindible
El florecimiento antes del equinoccio vernal puede resultar mortal para una planta. Imaginen la desesperación de un narciso si florece en febrero, después de un breve período cálido. Por lo tanto, la precisión resulta ser imprescindible.
No solamente necesitan tener las plantas algo así como un termómetro para medir la temperatura externa, sino que también deben mantener la cuenta de los meses invernales. El truco de vigilar el período invernal no está limitado al reino vegetal. Como las flores, los insectos también deben medir y contar los días fríos, de modo que no se reproduzcan demasiado tempranamente. El equipo de Amasino está trabajando ahora para descubrir qué es lo que ayuda a las plantas para medir el frío. Es posible que esta investigación pueda algún día ser utilizada para mantener bajo control a los vegetales de nuestros jardines.
“Esto es importante para la agricultura”, dijo Amasino. “Hay muchos cultivos (repollos, remolachas) que no queremos que florezcan. Muchas de las variedades cultivadas que utilizamos no están nunca expuestas al frío en la estación típica de crecimiento en una granja”.
Un reloj de 24 horas
Si bien un invierno largo dicta el momento en que los pétalos se abren por primera vez, las horas diarias de operación de una flor dependen de la duración del día. En la década de 1920, los investigadores comenzaron a criar plantas bajo luces artificiales. Los experimentos descubrieron que las plantas florecen únicamente cuando detectan el período correcto de “luz diurna”, algo que recibe el nombre de “respuesta foto-periódica”.
Científicos del Instituto Scripps de Investigación han estado estudiando los relojes internos de las plantas, ratones y luciérnagas. En forma similar a los humanos, las plantas poseen genes de relojes circadianos dentro de sus células que operan con un horario de 24 horas. El equipo Scripps ha identificado varios de estos genes de relojes. Un mayor conocimiento sobre los ritmos circadianos de las plantas podría aliviar los síntomas del mal de diferencia horaria en los viajes, del trabajo en turnos, y de los desórdenes del sueño.

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